domingo, 11 de diciembre de 2016

PABLO IGLESIAS, De la política a los negocios y viceversa.

José María Aznar, 200.000 euros de Endesa. Felipe González, algo más de 120.000 euros de Gas Natural. Entre los dos cobran más de lo que en principio va a costar la traducción sumultánea para las lenguas cooficiales que se van a hablar en el Senado, una cuestión que parece que ha levantado tanta polémica.

Da la impresión de que hemos vuelto al sistema de partidos turnantes de la Restauración, en el que toda clase política estaba vinculada, de una u otra manera, a las oligarquías financieras de este país. Les doy algunos datos de la época: Francisco Silvela, presidente del consejo de ministros durante la Regencia de María Cristina, fue accionista de Hidroeléctrica del Chorro, que después de algunas fusiones se llama hoy Iberdrola. Raimundo Fernández de Villaverde, presidente del Gobierno con Alfonso XIII, fundó con capital francés el Banco Exterior de Crédito, que después de algunas fusiones se conoce hoy como Banesto. Eduardo Dato, varias veces presidente del Gobierno entre 1913 y 1921, pertenecía al consejo de administración de una empresa de ferrocarriles que hoy es Acciona, una de las empresas multincacionales más importantes de este país. Uno de los padres del nacionalismo catalán, Francesc Cambó, fundador de la Liga Regionalista, ministro con Maura y uno de los financiadores fundamentales del bando nacional durante la guerra civil, siempre estuvo vinculado al poder económico catalán.

No es extraño que los políticos conservadores sean ricos y estén en los consejos de administración de las grandes empresas. Durante el franquismo, además, se reforzó esta tendencia: desde la llamada de grandes oligarcas a los primeros gobiernos de Franco hasta lo que significó el personal proviniente de la comisaría del Plan de Desarrollo de López Rodó. Sin embargo, cuando se preoclamó la Segunda República y por primera vez los los partidos de izquierda llegaron al gobierno, cuesta imaginar a presidentes del gobierdo del PSOE como Largo Caballero, que era obrero estuquista, o como Juan Negrín, que era catedrático de Fisiología, en el consejo de administración de empresas de construcciones y contratas. En fin, parece que han cambiado muchas cosas en los últimos tiempos.

Permítanme que les dé otro dato: hoy, sólo el 33% de los diputados del Congreso se dedica en exclusiva a la labor política. El resto participa en empresas privadas, fundaciones y colaboraciones varias.


PABLO IGLESIAS.
<< De la política a los negocios y viceversa >> (20/1/2011).


martes, 30 de agosto de 2016

PABLO IGLESIAS, Los que viven como el culo tienen que ajustarles las cuentas a los que viven como Dios.

Todos los partidos políticos hablan estos días de la corrupción. La oposición habla de los sobrecitos de dinero que Bárcenas repartía entre los jefes del PP, de las cuentas en Suiza, de la amnistía fiscal a los delincuentes, de la trama Gürtel... Y el Partido Popular, con la ayuda inestimable de Informe Semanal y de ciertos periodistas cortesanos, hala de los ERE en Andalucía, de Filesa, del caso Naseiro, de las cuentas de los Pujol, de la financiación irregular de Unió Democràtica... De esta manera se construye una especie de jaula de grillos de la que sólo se obtiene un mensaje: <<Casi todos roban, los políticos son en general gente deshonesta>>. ¡Como si la corrupción fuera un problema de honestidad!

Yo creo que el problema de la corrupción es otro. El problema de la corrupción es otro. El problema es que los que mandan, como grupo social, son gentuza. Son gentuza que participa de un entramado criminal de poder. Y este entramado criminal configura dos grupos sociales: por un lado, los que tienen o pueden tener cuentas en Suiza; los que reciben o podrían recibir sobresueldos en sobrecitos; los que, después de dejar un cargo público, fichan por un consejo de administración de una gran empresa multinacional; los que pueden mandar un SMS a un presentador de televisión para decirle: <<Cuidadito, chaval>>; los que no se cortan un pelo en llevar en la muñeca un reloj que puede valer diez salarios mínimos junto a una pulserita rojigualda; los que en definitiva viven como Dios, sean más honestos o menos. Y, por otro lado, están los estudiantes que no se pueden pagar la carretera; la gente que pierde la ayuda de los cuatrocientos euros; los jubilados que tienen que pagar un euro por receta; los pacientes de un sistema sanitario privatizado; los desahuciados de sus casas; los parados; los que en definitiva viven como el culo, sean más honestos o menos.

Por eso la corrupción no se puede combatir sólo con leyes de transparencia o con auditorías. Para combatir la corrupción, los que viven como el culo, que son la mayoría, se tienen que organizar políticamente para ajustar cuentas con los que viven como Dios.



PABLO IGLESIAS.
<<Los que viven como el culo tienen que ajustarles las cuentas a los que viven como Dios>>
(23/01/2013)

domingo, 28 de agosto de 2016

PABLO IGLESIAS, Hipócritas católicos, hijos del franquismo, gobiernan este país.

¿Habéis oído hablar del <<populismo puntivo>>? El populismo puntivo es una de las mayores bajezas en política. Se trata de manipular las bajas pasiones, aprovechando esos programas de televisión que hacen caja con el dolor de la gente humilde: niñas brutalmente violadas y asesinadas, parricidios o lo que haga falta para luego crear esa sensación general de que las cárceles son hoteles y de que en este país sale barato matar.

Y después introducen medidas en el Código Penal como la cadena perpetua. ¡Qué importa que los expertos digan que ni la cadena perpetua ni la pena de muerte sirvan para reducir los delitos! ¡Qué importa que todos los penalistas demócratas digan que la pena debe tener como función la reinserción y no el castigo! Total, lo que hacen falta son votos y, además, si por la puerta de atrás podemos endurecer los castigos contra los que protestan, pues mejor que mejor.

Lo que la derecha no dice es que, desde hace siglos, hay algo que no ha cambiado: que a la cárcel van masivamente los pobres, mientras que los que cometen los delitos económicos más graves gozan de una escandalosa impunidad.

Siempre he dicho que si algún día llego a pintar algo en la universidad, aunque me temo que ese día no va a llegar nunca, haré lo que pueda para que Evaristo, el cantante de La Polla Records, sea investido como doctor honoris causa. ¿Por qué? Escuchad al gran sabio punki: <<Banqueros: unos ladrones sin palanca y de día./ Políticos estafadores juegan a vivir de ti./ Fabricantes de armamiento, eso es jeta de cemento./ Las religiones calmantes y las pandas de uniforme./ La droga publicitaria,/ delito premeditado,/ y la estafa inmobiliaria./ Delincuencia es la vuestra, asquerosos./ Delincuencia./ Vosotros hacéis la ley>>.

Los que crecimos en los años ochenta y nos educamos con La Polla Records sabemos lo que significa el garantismo mejor que esos hipócritas católicos, hijos del franquismo, que gobiernan este país.



PABLO IGLESIAS.
<<Hipócratas católicos, hijos del franquismo, gobiernan este país>>
(31/10/2012)